Resumen |
Puntos clave • La hipotermia inducida con fines terapéuticos se puede conseguir con diferentes dispositivos, externos (no invasivos) o internos (no invasivos o invasivos) que, según el tipo, presentan una complejidad y unos riesgos para el paciente. Su interés para el ictus radica en su efecto neuroprotector. • El objetivo de esta revisión sistemática fue estudiar la eficacia y seguridad de la hipotermia inducida en pacientes que han sufrido un ictus isquémico. Para lograrlo, se realizó una búsqueda sistemática en bases de datos predeterminadas seleccionando un informe de síntesis, una revisión sistemática, cinco ensayos clínicos y un estudio cuasiexperimental. • La calidad metodológica fue apropiada pero con limitaciones en la validez externa. El tamaño muestral y los estrictos criterios de selección, junto a un amplio número de métodos para inducir la hipotermia, pudieron dificultar la extrapolación de los resultados. Por otra parte, fue difícil determinar el efecto real de la hipotermia en monoterapia ya que, en la mayoría de los estudios, los pacientes del grupo intervención recibieron además otros tratamientos. • No se encontraron resultados favorables sobre inducción de hipotermia para esta indicación. La mortalidad fue similar en los grupos intervención y control (4-47 % vs. 4-18,2 %), con resultados claramente negativos para los métodos de inducción externa y endovascular en monoterapia frente a hemicraniectomía descompresiva (47,3 % vs. 12 %) en el estudio cuasiexperimental. El metaanálisis mostró una tendencia hacia una mayor mortalidad entre los pacientes a los que se les aplicaba la hipotermia inducida con valores cercanos a la significación estadística (RR: 1,67; IC 95 %: 0,95-2,91). • La evolución de la función neurológica de los pacientes no fue diferente entre grupos. Sólo dos estudios mostraron diferencias entre ellos, siendo en un caso a favor de la hipotermia más fibrinolisis frente a la agregación antiplaquetaria combinada con medicina tradicional china (diferencia en la puntuación NIHSS a las 24 horas - 4±0,6 y -1,5±0,4 respectivamente). Sin embargo, en el otro trabajo, la evolución neurológica fue más favorable en el grupo tratado sólo con fibrinolisis (diferencia en la puntuación NIHSS a las 24 horas +3 versus -2,5 respectivamente) posiblemente debido a la acción sedante de la meperidina empleada en el grupo intervención. Entre los parámetros relacionados con la morbilidad de los pacientes, se encontraron diferencias respecto a la necesidad de mayor dosis y duración de norepinefrina en los pacientes con hipotermia externa y endovascular en monoterapia [1,4 mg/h (rango: 0,8-2,5) durante 147 horas (rango: 122-176)] versus el grupo control con hemicranectomia descompresiva [0,7 mg/h (rango: 0,4-1,1) durante 108 horas (rango: 76-126); p<0,05]. También hubo un mayor porcentaje de pacientes intubados en el grupo intervención (hipotermia asociada a tratamiento estándar 44,4 % frente a 4,7 % de pacientes con tratamiento estándar). • En general, el porcentaje de eventos adversos fue mayor en el grupo intervención con diferencias significativas en dos de los estudios respecto a la neumonía (25 %-78 % en grupo intervención vs. 12 %-47 % en grupo control; p<0,05). De igual forma, se describieron alteraciones cardíacas y sanguíneas, entre otras, sólo en los pacientes del grupo intervención. Sin embargo, no hubo diferencias entre los grupos cuando se describieron sólo aquellos efectos adversos directamente relacionados con la técnica para alcanzar la hipotermia, siendo los más destacados la trombosis venosa profunda (5 pacientes) y un caso de hemorragia retroperitoneal.
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